February 15, 2018

¿Afecta la tracción cervical las vías aéreas? Un nuevo estudio.

La relación entre los tratamientos de ortodoncia y las vías aéreas es un nuevo tema de controversia para la especialidad. Este estudio, que fue recientemente publicado, nos puede brindar algunas respuestas a esta pregunta.

Uno de los nuevos beneficios descubiertos que brindan los tratamientos de ortodoncia es mejorar las vías aéreas en los niños. Sobre este tema ya he escrito anteriormente. La premisa básica detrás de este concepto son las fuerzas de protracción que llevan hacia delante el maxilar superior y aumentan el volumen de las vías aéreas. De manera paradójica, las fuerzas de retracción ejercidas por la tracción cervical o retraer los incisivos superiores restringe la lengua y reducen el volumen de las vías aéreas. Esto puede causar problemas de respiración durante el sueño y otra serie de problemas. Esto es importante y debe ser tomado en cuenta. Hasta el momento no hay estudios clínicos que analicen esta patología y la mayoría de la evidencia está basada en el reporte de casos y en opiniones personales.

De muchas maneras, las oportunidades para llevar a cabo este tipo de estudio han sido perdidas. Por ejemplo, los investigadores en el estudio “clásico” de tratamiento temprano de Clases ll no evaluaron las vías aéreas. Cuando nosotros diseñamos nuestro estudio, ni siquiera consideramos que el tratamiento tuviera algún tipo de impacto sobre las vías aéreas. Esto probablemente se debe a que este problema no había sido identificado en los pacientes de ortodoncia.

Esto me llevó a estar muy interesado en ver qué mostraba este nuevo estudio. Ellos observaron el efecto de la tracción cervical en el patrón esquelético y en la vía aérea. Un grupo de Oulo en Finlandia llevó a cabo este estudio, el cual fue publicado en el EJO.

Airway and hard tissue dimensions in children treated with early and later timed cervical headgear—a randomized controlled trial

Johanna Julku, Kirsi Pirilä-Parkkinen, and Pertti Pirttiniemi

European Journal of Orthodontics, doi:10.1093/ejo/cjx088

Su pregunta fue si:

“La edad en la cual se realiza un tratamiento con tracción cervical tiene algún tipo de efecto en las dimensiones de la vía aérea faríngea”.

¿Qué fue lo que hicieron?

Hicieron un ensayo paralelo de grupo controlado con una distribución de 1:1. La pregunta PICO fue:

Participantes: Niños de 7 años de edad con una oclusión Clase ll con overjets mayores de 6mm y con mordida profunda. Los niños fueron identificados por un programa escolar de tamizaje.

Intervención: Tracción cervical convencional cuando los pacientes tuvieran aproximadamente 7 años de edad. Este era el grupo de tratamiento temprano.

Comparación: Sin tratamiento activo. Este grupo fue observado por un periodo de 18 meses. Después fueron tratados con una tracción cervical. Este fue el grupo de tratamiento tardío.

Resultado: Si hicieron análisis cefalométricos de los tejidos duros y de las vías aéreas. Los datos fueron recolectados al inicio del tratamiento (T0), después de tratamiento con tracción cervical (T1) y cuando todo el tratamiento fuera completado (T2).

Hicieron un cálculo del tamaño de la muestra, pero no fue claro en el efecto del tamaño que finalmente usaron.

Los pacientes fueron distribuidos en los diferentes grupos de manera aleatoria usando sobres sellados. Los operadores y los pacientes no podían ser ciegos a la intervención. Sin embargo, el análisis cefalométrico sí fue ciego.

¿Qué fue lo que encontraron?

En total 67 niños fueron asignados de manera aleatoria a los grupos de tratamiento temprano y tardío. Siete niños del grupo temprano y cuatro del grupo tardío no completaron el estudio. No realizaron un análisis de intención por tratar.

Presentaron sus datos en dos tablas cefalométricas donde analizaron muchas variables. Debemos ser cuidadosos cuando interpretemos estos datos porque existe el riesgo de encontrar significancias estadísticas al azar ya que probaron múltiples variables que estaban relacionadas.

No tengo el espacio para hablar de todas las variables que ellos midieron. Pero en resumen, esto fue lo que encontraron:

  1. Hubo un mayor movimiento posterior en el maxilar superior en el grupo de tratamiento temprano. La diferencia media entre los dos grupos de tratamiento fue de 1.2º. Efectos similares fueron observados en el ANB.
  2. Cuando observamos la medidas de la faringe, no se encontró efecto de tratamiento con la tracción cervical.

Ellos concluyeron los siguiente:

  1. La tracción cervical de manera efectiva corrigió las maloclusiones Clase ll.
  2. El tratamiento con tracción cervical no tuvo ningún efecto sobre las dimensiones de la vías aérea.
¿Qué pienso yo?

Este fue un estudio ambicioso que fue llevado a cabo de manera satisfactoria. Fue bien presentado por parte de sus autores y tenía una buena discusión de sus hallazgos.

Como con todos los estudios, hay problemas y hay que analizarlos de manera cuidadosa para ver que tan confiados podemos ser con las conclusiones.

El primer y más importante aspecto es la decisión de usar como expresión de los resultados obtenidos las medidas cefalométricas. Esto significa que solo podían medir las vías aéreas en dos dimensiones. Estoy seguro de que muchos ortodoncistas no van a aceptar estos resultados. Sin embargo, puedo asegurar que cuando iniciaron el estudio, analizaron el hecho de que realizar imágenes con CBCT expondría a los pacientes a altos niveles de radiación y no estoy convencido de que se justificara.

El otro aspecto que me preocupa es que no midieron el flujo naso faríngeo, ya que este el resultado es la medida más relevante. Pero pienso que esto hubiera aumentado de manera considerable los costos del estudio.

Lo he meditado de manera cuidadosa y he llegado a la conclusión de que debemos aceptar este estudio como lo mejor que podemos lograr hasta el momento. Es ciertamente mucho mejor que a “evidencia” actual que esta basada en el reporte de algunos pocos casos y de opiniones personales.

En resumen, pienso que esta publicación es un aporte y lo interesante de sus hallazgos es que no le da ningún tipo de soporte a las opiniones y percepciones actuales de aquellos que piensan que la fuerzas de retracción usadas en ortodoncia comprometen las vías aéreas. Este estudio también brinda un modelo para investigaciones futuras que deben realizarse. Tal vez los que practican la terapia miofuncional y los ortodoncistas deberían realizar mas estudios de este tipo. Pero hasta que ello suceda esto es lo mejor que tenemos.

 

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